"La Intrusa"
En “La intrusa”, Borges se pone en dialogo con la historia bíblica de Caín y Abel, los primeros hijos de Adán y Eva respectivamente, contado en el libro bíblico del Génesis. Ambas historias presentan la rivalidad entre hermanos que culmina en un acto de violencia mortal. Según la historia bíblica, Caín mató a Abel porque Dios aceptó el sacrificio del menor pero no el del mayor y, en un acto de celos, Caín se convirtió en el primer asesino. Mientras que en el cuento de Borges, la envidia y el resentimiento de los hermanos Nilsen; Cristián y Eduardo, luego de la aparición de Juliana (la intrusa) que también genera tentación y discordia entre ellos, llevan a Cristián a asesinarla ya que se había metido entre ellos. Está conexión sirve como recordatorio de la constante pelea entre hermanos y la lucha entre el bien y el mal.
El chismorreo, algo característico en la narrativa de Borges, juega un papel principal en la revelación de la historia secreta tras el cuento de “La intrusa”, ya que nos enteramos de todo por medio de el. En el caso del cuento, el narrador, igual de chismoso; “Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de acentuar o agregar algún pormenor.”, nos cuenta la historia que se entera, por primera vez, de lo ocurrido con los hermanos y Juliana, a través de alguien que lo escucho de alguien que lo debe haber escuchado de alguien que se cree que escucho, al hermano menor, contándolo en el funeral del mayor; “Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor,[…] Lo cierto es que alguien la oyó de alguien, en el decurso de esa larga noche perdida, entre mate y mate, y la repitió a Santiago Dabove, por quien la supe.” Y vuelven a contarle la historia unos años después en Turdera, donde ocurren los hechos, con las características típicas del chisme; “La segunda versión, algo más prolija, confirmaba en suma la de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso.” Al utilizar el chisme como un recurso narrativo, el lector descubre pensamientos y acciones ocultas de los personajes, y, a su vez, añade capas de ambigüedad y especulación a la experiencia del lector.
En conclusión, a través de la comparación entre la historia de Caín y Abel, y los hermanos Nilsen, Borges invita al lector a cuestionar la naturaleza del bien y el mal, la lealtad, la traición y lo compleja que pueden ser las relaciones familiares. Además, utilizando al narrador chismoso, se crea una atmósfera de misterio y suspenso que mantienen al lector en inquietud hasta el final, pensando ¿Cuál será la verdad oculta en las profundidades del relato? Pero únicamente un lector borgeano podrá ser lo suficientemente valiente para hacerle frente al abismo de la respuesta correcta.

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